quinta-feira, 16 de agosto de 2012

Gide sobre "O Idiota" de Dostoievski e a Arte da Fuga (Bach)

              André Gide em uma das passagens de seu Diário relata seu descontentamento com o romance O Idiota. No mesmo dia também relata sua admiração pela Arte da Fuga de Bach. O trecho esta em espanhol.

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1º. De diciembre.

            He escrito esta semana unas treinta páginas de mi libro; todo lo que he escrito hasta ahora de él sido a vuela pluma (es así como debe escribirse este libro), pero no sé adónde voy e temo verme detenido antes de mucho.
            He terminado el primer volumen de El idiota, mi admiración ya no es tan viva. Los personajes hacen demasiadas muecas y coinciden, si puede dicirse así, com demasiada facilidad; han perdido para mí buena parte de su mistério; casi diria que los comprendo demasiado bien, es dicir, que comprendo demasiado bien el partido que Dostoievsky quiere sacar de ellos. Hay em este libro pasajes incomparables y de uma enseñanza extraordinaria; finalmente, ciertos personajes están maravillosamente logrados; mejor dicho, pues todos los retratos son admirables, ciertas frases de los personajes, especialmente las del general Ivolguine y de la generala Epantchine. Pero mi impresión se confirma; prefiero Los poseídos a Los Karamazov; y hasta el mismo Adolescente, para no hablar de algunos relatos breves. Pero creo que El idiota está especialmente hecho para que guste a la juventud y, entre todas las novelas de Dostoievsky, yo recomendaría a los jóvenes que leyeran ésta em primer término.
            He vuelto al piano; me asombro de que toque ahora com tanta facilidad las Sonatas de Beethoven, por lo menos aquellas que me habían costado em outro tiempo mucho trabajo y había abandonado. Pero su emoción me deja extenuado y lo que hoy más me satisface es Bach y tal vez, sobre todo, su Kunst der Fugue, del que no me canso nunca. Es algo que apenas tiene nada de humano; no evoca ya el sentimento o la pasión, sino la adoración. ¡ Qué calma! ¡Qué aceptación de todo lo que es superior al hombre!¡ Qué desdén por la carne!¡ Qué paz! (André Gide, Diário, ano 1921, p. 615)